martes, 28 de junio de 2016

Concepto de Iluminismo - Horkheimer y Adorno

Concepto de Iluminismo
Horkheimer y Adorno

El Iluminismo se origina como una corriente cuyas bases son la ciencia, el conocimiento y el progreso. De acuerdo a los autores, “la libertad en la sociedad es inseparable del pensamiento iluminista.” Esta frase constituye una fuerte escolta para el Iluminismo y defiende que a través del conocimiento el ser humano puede dominar la naturaleza.
En la primera parte de esta obra, el objetivo es desprenderse del pensamiento arcaico previo que era fundamentalmente teocéntrico. Ahora lo que interesa es el saber técnico e instrumental. Por eso, los autores pretenden desacreditar el mito en cuanto es imprescindible “liberar al mundo de la magia.” A través de alusiones a la Odisea, los autores demuestran que se trata de un círculo vicioso: “el mito es ya iluminismo y el iluminismo vuelve a convertirse en mitología.” En realidad, es posible asemejar al mito con el iluminismo en cuanto ambos buscan establecer verdades absolutas, ambos son totalitarios.
Un aspecto que llama la atención es la importancia de los números y por ende de la ciencia de las matemáticas. Para el Iluminismo, es fundamental que todos los fenómenos puedan ser comprobados y la mejor forma de lograr esto es a través del número. Tal es la importancia que hasta los mitos son analizados desde una perspectiva que involucra el análisis de los símbolos para darles un equivalente numérico. A diferencia de la magia que busca fines mediante la mimesis, el objetivo final del iluminismo parecería ser el dominio del hombre sobre todas las cosas que le rodean. Yo me pregunto, ¿qué sucede con las cuestiones metafísicas que no pueden ser reducidas a un mundo matemático?
 La conclusión de este primer ensayo gira en torno a una situación difícil de comprender. El mito “cumple ya una obra iluminista, del mismo modo el iluminismo se hunde a cada paso más profundamente en la mitología.” Esto debido al efecto de la repetición, cuya importancia sobresale en el Iluminismo y que resulta ser el origen del mito.
Dentro del Iluminismo, el lenguaje también debe limitarse a ser cálculo. Las obras de arte también juegan un rol relevante en cuanto su relación con la ciencia es interesante. Así, ambos sectores son opuestos pero pueden encontrar cosas en común. Mencionaremos a la ciencia por ejemplo, que se convierte en esteticismo. El resultado de esto radica en la inevitable separación de signo e imagen.
  El principio de la fe logra racionalizarse gracias a los Iluminados. Mediante la fe, se busca “conciliar espíritu y realidad.” Eventualmente, la paradoja de la fe se convertirá en una estafa que da paso a sistemas barbáricos que, supuestamente sostenidos por la racionalidad, cometen actos atroces.
Llama la atención la afirmación de los autores de que el iluminismo “es más totalitario que cualquier otro sistema”. Parecería ser que el Iluminismo en realidad es falaz debido a que, al contrario de todos sus dogmas, “el proceso se halla decidido por anticipado.” Probablemente es necesario reconocer que las matemáticas no constituyen la verdad absoluta, como fue sostenido durante esta época. En realidad esto no constituye un triunfo de la racionalidad, sino la aceptación de ciertos datos obtenidos. En la época burguesa, este iluminismo provoca que el trabajo humano recaiga en el poder del dominio donde, al ser un círculo vicioso, nadie termina aprendiendo ni gozando debido a las restricciones. Se trata de “un engaño total de las masas.”
El segundo ensayo se refiere a la industria cultural en la sociedad actual. Así, se habla del poder de este sistema en el cual la televisión, la radio y cualquier medio de comunicación gozan de un rol importante. Parecería ser que los autores alegan que la industria cultural en realidad tiene dominio sobre el ser humano. La racionalidad técnica constituye una racionalidad de dominio en el cual el poder lo goza la industria. Un ejemplo de esto es aquella afirmación en la cual “para el consumidor no hay nada por clasificar que no haya sido ya anticipado en el esquematismo de la producción.” Como si el mismo ciudadano ya no tuviera decisiones que tomar y se encontrara supeditado a aquello que le proporciona la industria cultural.
En la industria cultural el esquema compuesto constituye la realidad. El film, por ejemplo, no deja a la fantasía del espectador ni un solo argumento. Es decir, no permite al público moverse ni pensar y el esquema que proporciona es aceptado inmediatamente como la realidad. La industria cultural es la que fija los parámetros, el lenguaje y el arte.
A pesar de todo esto, la industria cultural sigue “siendo la industria de la diversión.” Esto debido a que goza de poder sobre el consumidor. Yo me pregunto, ¿en qué consiste este amusement que cautiva a las masas?
A la final, la industria cultural se afirma en la imitación y obedece fielmente a la jerarquía social. Le da al consumidor lo que necesita a través de una compleja red de dominación; no obstante, nunca cumple aquello que promete. Para la industria cultural, el ser humano no pasa de ser más que un objeto y su clave para la sumisión de las masas consiste en la repetición. Finalmente, la industria cultural goza de tal poder de dominación que las masas, sin darse cuenta, se encuentran sujetas a un control social estricto que analiza detenidamente el sistema de relaciones sociales.






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