Fenomenología, hermenéutica y teoría de
la recepción - Terry Eagleton
Teoría de la recepción – Raman Selden
El segundo capítulo de
Eagleton constituye una aproximación a la corriente de la fenomenología, la
hermenéutica y la teoría de la recepción. Asimismo, Selden analiza estas
corrientes probablemente de manera más didáctica. A lo largo de este análisis,
se incluirán ambas lecturas.
Como dejamos establecido en clase, la
literatura nace y tiene por finalidad ser la causa de ciertas ideologías que se
reflejan en instituciones cuyos beneficiarios son aquellos que ostentan el
poder al momento. A través de esta reflexión se pretende realizar el análisis
de estas corrientes.
Descartes, estimaba que
“toda conciencia es conciencia de algo” y que por lo tanto, es preciso reducir
el mundo exterior al contenido de nuestra propia conciencia. A lo largo de
estos días no he podido sacarme esta idea de la cabeza en cuanto su contenido
para mí implica que la realidad la creamos nosotros a través de nuestra conciencia.
Se la he repetido a mi familia, los cuales o me creen loca o simplemente
asienten sin entender el alcance de esta idea que se ha formado en mi mente. A
esto, Husserl denomina como la “reducción fenomenológica” y tiene por base que
“todas las realidades deben tratarse como meros fenómenos.”
Un aspecto interesante de
la fenomenología radica en este sistema de “esencias universales” ya que si
bien es cierto que cada uno crea el exterior de acuerdo a su conciencia, hay
aspectos invariables en los cuales todos encontramos una base. Esto me resulta
curioso por un ejercicio que hice el otro día. Un amigo y yo discutíamos sobre
el color rojo justamente porque creemos que él ve el color rojo de otra manera
de la cual yo veo el color rojo. Es posible que nuestros ojos entiendan el
concepto “color rojo” de manera similar, pero en un sentido práctico, es
posible también que el color rojo que él ve difiera del color rojo que yo veo. Esto
lo realizábamos justamente porque creemos que es nuestro pensamiento, en este
caso nuestra “conciencia” la que nos permite decir “esta camiseta es de color
rojo” y que esta ya es una idea pre establecida con la que crecemos, una
especie de conocimiento heredado. Sin embargo, a pesar de que su color rojo y
el mío probablemente puedan ser distintos (y nunca lo comprobaremos en
realidad), lo que tenemos por base es esa esencia del color rojo.
Esto es lo que yo entiendo
que sostiene la fenomenología y me resulta asombrosos que su meta sea “un
retorno a lo concreto” cuando a mí me ha parecido este un ejercicio
tremendamente abstracto. Lo que me parece es que Husserl emprende una actividad
a primera vista imposible ya que su objetivo es el estudio de una abstracción
denominada como “la conciencia humana.” Además, este objetivo depende
completamente de la intuición. Yo me pregunto, ¿existe tal cosa como el estudio
de la conciencia de la humanidad a cabalidad?, ¿existe una conciencia humana
generalizada, en el sentido de que hay una sola conciencia humana conformada
por la esencia de las cosas?
Ahora bien, la crítica
fenomenológica en la literatura implica leer el texto y solamente analizar este
sin tener en cuenta el contexto histórico, social o hasta las condiciones del
autor. En mi opinión esta corriente se acerca en cierta medida al formalismo
ruso en cuanto excluye el análisis de todo aquello que no sea el texto
literario en un intento de proporcionar “objetividad a este fenómeno.” Y a mi
parecer, al excluir el contexto histórico se pierde mucho en cuanto a la
capacidad de interpretación de un texto. ¿Es posible interpretar un texto sin
conocer nada más que el lenguaje empleado? Además, se me ocurre preguntarme si
en realidad el texto requiere de interpretación, ¿acaso el texto no es lo que
es simplemente por tratarse de una obra de arte? Aquí me atrevo a incluir a
Heidegger y preguntarme si una obra de arte requiere de cuidadores en tanto
estos sean entendidos como personas dispuestas a interpretar la obra.
Heidegger, por otro lado,
reconoce el “significado de la historia” y su relevancia al momento de analizar
la obra. Al contrario del esencialismo promulgado por su maestro Husserl, el
filósofo alemán sigue una corriente más bien existencialista. Para el alemán, el
“ser humano está constituido por la historia y por el tiempo” y por ende por el
lenguaje. Este último tiene gran relevancia en cuanto constituye la verdadera
esencia de la existencia del ser humano. Al analizar a Heidegger es posible
caer en cuenta la gran diferencia del discípulo con el maestro. Así, en el
campo de la crítica literaria la interpretación no se realiza con base en la
actividad humana, sino en la obra que debe ser.
A la corriente impulsada
por Heidegger se la conoce como la “hermenéutica” debido a que se centra en la
relevancia de la interpretación a partir de la historia más allá del concepto
de la conciencia universal sostenido por Husserl.
La hermenéutica es un tanto
compleja para mí en cuanto no comprendo el alcance de los posibles métodos de interpretación
al cual se puede someter a un texto. Además, ¿cómo es posible averiguar la
intención del autor cuando nos encontramos en una época distinta a la de la
redacción del texto? Siendo así, ¿será alguna vez posible interpretar la
verdadera voluntad o mensaje que el autor pretendía enviar a través de su obra?
En cuanto a los significados, ¿es cierto que estos se mantienen inmutables a
través del tiempo o a la final solamente existen significaciones?
Ahora pasaremos a la teoría
de la recepción como la modalidad más reciente de la hermenéutica. Cabe
recalcar que este índice me permito incluir a Selden en cuanto este autor habla
del mismo tema. De acuerdo a Eagleton, la teoría de la recepción “estudia el papel
del lector en la literatura” lo cual implica que el rol del lector es de gran
relevancia en cuanto gracias a este la obra se concretiza.
Alguna vez leí que para
Borges el cuento tiene por elementos esenciales tanto el principio como el
final. Los intermedios simplemente hay que rellenarlos. Esto me recuerda a la
teoría de la recepción en cuanto en los cuentos de Borges se permite al lector
analizar, interpretar y darle significación a la obra que tiene un principio
fuerte, sugerente y un final conclusivo.
Según la teoría de la
recepción, “el proceso de lectura es siempre dinámico.” El lector no es
solamente la audiencia o público de la obra, sino que constituye el actor
principal de la misma. En clase analizamos al lector y su importancia en la
interpretación de la obra con un ejemplo. Si tú lees “El Principito” a los diez
años es una obra completamente distinta al volver a releerla a los veinte. Este
es mi caso justamente con esa obra. El lector nunca dará un verdadero
significado o interpretación a la obra, sino que esta variará de acuerdo a la
condición, tiempo y situación en la cual fue leída. Si es así con un lector
imaginemos lo que será con miles de millones de lectores. En este punto, ¿dónde
queda el rol o la intención del autor de la obra?, ¿dónde queda el mensaje que
este quería transmitir y que se estudiaba a través de la hermenéutica?
Ahora bien, ¿cómo debe
interpretar el lector?, ¿existen ciertos parámetros o esta tarea se deja
únicamente a la voluntad del lector?, ¿se puede confiar en realidad en el
lector para que este sea el encargado de interpretar la obra?, ¿qué tipo de
lector debe realizar esta tarea?, ¿ es el lector una especie de “cuidador” de
acuerdo a lo que Heidegger propone a lo largo de su texto?
En cuanto a los parámetros,
Jauss responde con el concepto de “horizontes históricos”. No obstante, esto
ayuda en tanto admite que el lector tiene por límite el contexto histórico
(social) en el cual fue escrito la obra y que una vez entendiendo este, es posible
realizar la tarea de la interpretación. En lo personal no considero que este
horizonte histórico sea parámetro suficiente para realizar una interpretación
efectiva del texto. Pero una vez más, a mí me cuesta establecer ciertos
elementos esenciales que deben caracterizar a la tarea interpretativa o al
ejercicio de concretar por parte del lector. Debe ser por eso que la teoría de
la recepción genera conflicto en mí.
Selden destaca ciertos
parámetros que Riffaterre desarrolla a lo largo de la teoría. Así, para
encontrar la unidad del poema se debe leer el sentido normal de la obra. A
continuación, se destacan los elementos agramaticales que dificultan la
interpretación mimética normal (¿cuál es exactamente este método de
interpretación ). Después se descubren los hipogramas con el fin de deducir
estos a una matriz estructural. Esta tarea implica un verdadero ejercicio de
abstracción del verdadero sentido o significado del poema. Todos estos detalles
de Selden son meramente teóricos y presiento que en la práctica esta tarea debe
resultar por lo menos exhaustiva y verdaderamente compleja.
Un aspecto que me pareció
interesante es que Fish admite que la “lectura no busca descubrir lo que el
texto significa: es un proceso en el cual se experimenta lo que el texto le
hace al lector.” Para mí, esto ya no recaería dentro de la teoría de la
recepción en cuanto el lector no moldea el texto. Un juego de palabras de
Eagleton brinda aclaración al manifestar que “lo que el texto nos hace se
reduce, en realidad, a lo que nosotros le hacemos al texto.”
Finalmente, se me ocurre
preguntarme si la teoría de recepción es una simple moda pasajera o será una
corriente imperante dentro de la crítica literaria. Asimismo, ¿qué es la obra
antes de que el lector la concretice?, ¿es en realidad obra antes de esta
tarea?
Por último me gustaría
recalcar que Eagleton simplemente analiza cada una de las corrientes a través
de este capítulo. Además, se permite realizar ciertas preguntas con el fin de
servir de abrebocas a la discusión que debe plantear el lector. Pareciera que
por la manera de narrar este capítulo, Eagleton emplea una teoría de la
recepción en cuanto el lector tiene un rol importante en la interpretación,
cuestionamiento y validez de las corrientes expuestas.
Por su parte, Selden proporciona
ciertas aproximaciones a corrientes psicológicas que analizan la teoría de la
recepción. Entre estas se encuentran las propuestas de Holland y Bleich. Holland
admite que cada persona tiene un sello de identidad primaria, que si bien es
susceptible de variación, conserva “una estructura central de identidad
estable.” Gracias a este sello, cada persona interpreta la obra conforma a los
valores o creencias aprendidos en su infancia y adecúa la obra como una forma
de expresión del tema de identidad aprendido. ¿Acaso interpretamos de acuerdo a
lo que aprendemos? Siendo así, la obra solamente constituiría un medio para
afianzar nuestras creencias y dejaría de ser lo que en realidad es. Por ende,
¿cuál es la finalidad de la obra?, ¿en realidad la obra es una expresión de la
verdad como sostiene Heidegger o acaso es una herramienta para sostener la
verdad de cada persona? Y nuevamente me cuestiono, ¿qué es la verdad?
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