martes, 7 de junio de 2016

Un análisis a Eagleton y Selden: fenomenología, hermenéutica y teoría de la recepción

Fenomenología, hermenéutica y teoría de la recepción - Terry Eagleton
Teoría de la recepción – Raman Selden

El segundo capítulo de Eagleton constituye una aproximación a la corriente de la fenomenología, la hermenéutica y la teoría de la recepción. Asimismo, Selden analiza estas corrientes probablemente de manera más didáctica. A lo largo de este análisis, se incluirán ambas lecturas.
 Como dejamos establecido en clase, la literatura nace y tiene por finalidad ser la causa de ciertas ideologías que se reflejan en instituciones cuyos beneficiarios son aquellos que ostentan el poder al momento. A través de esta reflexión se pretende realizar el análisis de estas corrientes.
Descartes, estimaba que “toda conciencia es conciencia de algo” y que por lo tanto, es preciso reducir el mundo exterior al contenido de nuestra propia conciencia. A lo largo de estos días no he podido sacarme esta idea de la cabeza en cuanto su contenido para mí implica que la realidad la creamos nosotros a través de nuestra conciencia. Se la he repetido a mi familia, los cuales o me creen loca o simplemente asienten sin entender el alcance de esta idea que se ha formado en mi mente. A esto, Husserl denomina como la “reducción fenomenológica” y tiene por base que “todas las realidades deben tratarse como meros fenómenos.”
Un aspecto interesante de la fenomenología radica en este sistema de “esencias universales” ya que si bien es cierto que cada uno crea el exterior de acuerdo a su conciencia, hay aspectos invariables en los cuales todos encontramos una base. Esto me resulta curioso por un ejercicio que hice el otro día. Un amigo y yo discutíamos sobre el color rojo justamente porque creemos que él ve el color rojo de otra manera de la cual yo veo el color rojo. Es posible que nuestros ojos entiendan el concepto “color rojo” de manera similar, pero en un sentido práctico, es posible también que el color rojo que él ve difiera del color rojo que yo veo. Esto lo realizábamos justamente porque creemos que es nuestro pensamiento, en este caso nuestra “conciencia” la que nos permite decir “esta camiseta es de color rojo” y que esta ya es una idea pre establecida con la que crecemos, una especie de conocimiento heredado. Sin embargo, a pesar de que su color rojo y el mío probablemente puedan ser distintos (y nunca lo comprobaremos en realidad), lo que tenemos por base es esa esencia del color rojo.
Esto es lo que yo entiendo que sostiene la fenomenología y me resulta asombrosos que su meta sea “un retorno a lo concreto” cuando a mí me ha parecido este un ejercicio tremendamente abstracto. Lo que me parece es que Husserl emprende una actividad a primera vista imposible ya que su objetivo es el estudio de una abstracción denominada como “la conciencia humana.” Además, este objetivo depende completamente de la intuición. Yo me pregunto, ¿existe tal cosa como el estudio de la conciencia de la humanidad a cabalidad?, ¿existe una conciencia humana generalizada, en el sentido de que hay una sola conciencia humana conformada por la esencia de las cosas?
Ahora bien, la crítica fenomenológica en la literatura implica leer el texto y solamente analizar este sin tener en cuenta el contexto histórico, social o hasta las condiciones del autor. En mi opinión esta corriente se acerca en cierta medida al formalismo ruso en cuanto excluye el análisis de todo aquello que no sea el texto literario en un intento de proporcionar “objetividad a este fenómeno.” Y a mi parecer, al excluir el contexto histórico se pierde mucho en cuanto a la capacidad de interpretación de un texto. ¿Es posible interpretar un texto sin conocer nada más que el lenguaje empleado? Además, se me ocurre preguntarme si en realidad el texto requiere de interpretación, ¿acaso el texto no es lo que es simplemente por tratarse de una obra de arte? Aquí me atrevo a incluir a Heidegger y preguntarme si una obra de arte requiere de cuidadores en tanto estos sean entendidos como personas dispuestas a interpretar la obra.
Heidegger, por otro lado, reconoce el “significado de la historia” y su relevancia al momento de analizar la obra. Al contrario del esencialismo promulgado por su maestro Husserl, el filósofo alemán sigue una corriente más bien existencialista. Para el alemán, el “ser humano está constituido por la historia y por el tiempo” y por ende por el lenguaje. Este último tiene gran relevancia en cuanto constituye la verdadera esencia de la existencia del ser humano. Al analizar a Heidegger es posible caer en cuenta la gran diferencia del discípulo con el maestro. Así, en el campo de la crítica literaria la interpretación no se realiza con base en la actividad humana, sino en la obra que debe ser.
A la corriente impulsada por Heidegger se la conoce como la “hermenéutica” debido a que se centra en la relevancia de la interpretación a partir de la historia más allá del concepto de la conciencia universal sostenido por Husserl.
La hermenéutica es un tanto compleja para mí en cuanto no comprendo el alcance de los posibles métodos de interpretación al cual se puede someter a un texto. Además, ¿cómo es posible averiguar la intención del autor cuando nos encontramos en una época distinta a la de la redacción del texto? Siendo así, ¿será alguna vez posible interpretar la verdadera voluntad o mensaje que el autor pretendía enviar a través de su obra? En cuanto a los significados, ¿es cierto que estos se mantienen inmutables a través del tiempo o a la final solamente existen significaciones?
Ahora pasaremos a la teoría de la recepción como la modalidad más reciente de la hermenéutica. Cabe recalcar que este índice me permito incluir a Selden en cuanto este autor habla del mismo tema. De acuerdo a Eagleton, la teoría de la recepción “estudia el papel del lector en la literatura” lo cual implica que el rol del lector es de gran relevancia en cuanto gracias a este la obra se concretiza.
Alguna vez leí que para Borges el cuento tiene por elementos esenciales tanto el principio como el final. Los intermedios simplemente hay que rellenarlos. Esto me recuerda a la teoría de la recepción en cuanto en los cuentos de Borges se permite al lector analizar, interpretar y darle significación a la obra que tiene un principio fuerte, sugerente y un final conclusivo.  
Según la teoría de la recepción, “el proceso de lectura es siempre dinámico.” El lector no es solamente la audiencia o público de la obra, sino que constituye el actor principal de la misma. En clase analizamos al lector y su importancia en la interpretación de la obra con un ejemplo. Si tú lees “El Principito” a los diez años es una obra completamente distinta al volver a releerla a los veinte. Este es mi caso justamente con esa obra. El lector nunca dará un verdadero significado o interpretación a la obra, sino que esta variará de acuerdo a la condición, tiempo y situación en la cual fue leída. Si es así con un lector imaginemos lo que será con miles de millones de lectores. En este punto, ¿dónde queda el rol o la intención del autor de la obra?, ¿dónde queda el mensaje que este quería transmitir y que se estudiaba a través de la hermenéutica?
Ahora bien, ¿cómo debe interpretar el lector?, ¿existen ciertos parámetros o esta tarea se deja únicamente a la voluntad del lector?, ¿se puede confiar en realidad en el lector para que este sea el encargado de interpretar la obra?, ¿qué tipo de lector debe realizar esta tarea?, ¿ es el lector una especie de “cuidador” de acuerdo a lo que Heidegger propone a lo largo de su texto?
En cuanto a los parámetros, Jauss responde con el concepto de “horizontes históricos”. No obstante, esto ayuda en tanto admite que el lector tiene por límite el contexto histórico (social) en el cual fue escrito la obra y que una vez entendiendo este, es posible realizar la tarea de la interpretación. En lo personal no considero que este horizonte histórico sea parámetro suficiente para realizar una interpretación efectiva del texto. Pero una vez más, a mí me cuesta establecer ciertos elementos esenciales que deben caracterizar a la tarea interpretativa o al ejercicio de concretar por parte del lector. Debe ser por eso que la teoría de la recepción genera conflicto en mí.  
Selden destaca ciertos parámetros que Riffaterre desarrolla a lo largo de la teoría. Así, para encontrar la unidad del poema se debe leer el sentido normal de la obra. A continuación, se destacan los elementos agramaticales que dificultan la interpretación mimética normal (¿cuál es exactamente este método de interpretación ). Después se descubren los hipogramas con el fin de deducir estos a una matriz estructural. Esta tarea implica un verdadero ejercicio de abstracción del verdadero sentido o significado del poema. Todos estos detalles de Selden son meramente teóricos y presiento que en la práctica esta tarea debe resultar por lo menos exhaustiva y verdaderamente compleja.
Un aspecto que me pareció interesante es que Fish admite que la “lectura no busca descubrir lo que el texto significa: es un proceso en el cual se experimenta lo que el texto le hace al lector.” Para mí, esto ya no recaería dentro de la teoría de la recepción en cuanto el lector no moldea el texto. Un juego de palabras de Eagleton brinda aclaración al manifestar que “lo que el texto nos hace se reduce, en realidad, a lo que nosotros le hacemos al texto.”  
Finalmente, se me ocurre preguntarme si la teoría de recepción es una simple moda pasajera o será una corriente imperante dentro de la crítica literaria. Asimismo, ¿qué es la obra antes de que el lector la concretice?, ¿es en realidad obra antes de esta tarea?
Por último me gustaría recalcar que Eagleton simplemente analiza cada una de las corrientes a través de este capítulo. Además, se permite realizar ciertas preguntas con el fin de servir de abrebocas a la discusión que debe plantear el lector. Pareciera que por la manera de narrar este capítulo, Eagleton emplea una teoría de la recepción en cuanto el lector tiene un rol importante en la interpretación, cuestionamiento y validez de las corrientes expuestas.
Por su parte, Selden proporciona ciertas aproximaciones a corrientes psicológicas que analizan la teoría de la recepción. Entre estas se encuentran las propuestas de Holland y Bleich. Holland admite que cada persona tiene un sello de identidad primaria, que si bien es susceptible de variación, conserva “una estructura central de identidad estable.” Gracias a este sello, cada persona interpreta la obra conforma a los valores o creencias aprendidos en su infancia y adecúa la obra como una forma de expresión del tema de identidad aprendido. ¿Acaso interpretamos de acuerdo a lo que aprendemos? Siendo así, la obra solamente constituiría un medio para afianzar nuestras creencias y dejaría de ser lo que en realidad es. Por ende, ¿cuál es la finalidad de la obra?, ¿en realidad la obra es una expresión de la verdad como sostiene Heidegger o acaso es una herramienta para sostener la verdad de cada persona? Y nuevamente me cuestiono, ¿qué es la verdad?




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