martes, 21 de junio de 2016

Psicoanálisis - Eagleton

Psicoanálisis
Terry Eagleton

A lo largo de este capítulo, Eagleton explora el mundo del psicoanálisis con el fin de aproximar esta corriente al mundo de la teoría y la crítica literaria. Antes de realizar esta conexión, el autor procede a explicar el psicoanálisis y con ello las teorías sostenidas por Freud.
En el mundo de la psicología, el nombre de Freud es sumamente relevante y ocupa un puesto de trascendental importancia. Venerado por unos y odiado por otros, lo cierto es que las teorías de Freud ayudaron a moldear la psicología moderna. Así, Eagleton da paso a la exposición de estas. En este recuento, existen al menos tres conceptos que deben quedar claros: el principio del placer, el principio de la realidad y el famoso complejo de Edipo.
El principio del placer implica que el ser humano, por su necesidad de trabajar, debe “reprimir algunas de nuestras tendencias al placer y a lo que nos agrada.” Esta represión del placer es causa de la neurosis y da paso al principio de la realidad. Así, el hombre e un animal neurótico que solamente llega a ser lo que es a causa de la represión de estos placeres. ¿Qué pasaría si no reprimimos nuestros placeres? Probablemente el caos. Por supuesto, no tenemos consciencia de esta represión puesto que desde niños lo hemos aprendido. Reprimimos nuestro deseo de ir al baño por ejemplo, pese a que este acto proporciona gran placer al ser humano.  
Para Freud, el placer clave o fundamental del ser humano es el de la sexualidad. El ser humano es un ser sexual desde el momento que nace y se va desarrollando a través del tiempo. No obstante, “si el niño ha de alcanzar cierto grado de triunfo en la vida, [este placer] debe ser controlado.” A esta etapa de superación se la conoce como el complejo de Edipo.
El complejo de Edipo probablemente constituye una de las teorías más emblemáticas y debatidas de Freud. Esta teoría sostiene que el niño se encuentra enamorado y desea una unión sexual con su madre y viceversa. No solamente admite el incesto como un instinto natural del ser humano, sino que coloca a la mujer en una posición ridículamente inferior a la del hombre. Así, el complejo de Edipo en el hombre se supera una vez que el niño se da cuenta de la posible castración a la que sería sujeto en caso de tener relaciones con su madre (la niña para Freud ya se encuentra castrada debido a su falta de pene). Ante esta amenaza, el niño se ajusta al principio de la realidad y desiste de su ideal, pero siempre tiene en mente que ese es su futuro con una mujer que será semejante a su madre. Para las niñas resulta más difícil superar este complejo de Edipo porque en primer lugar ya se encuentra castrada, por lo que no existe amenaza alguna. Además, tampoco se entiende como se traslapa el amor que al principio sintió por la madre hacia el padre. En este punto recae una de las críticas más fuertes a Freud en cuento su teoría del complejo de Edipo no es sostenible desde la visión de una niña. El complejo de Edipo es central en la obra de Freud en cuanto “señala la transición del principio del placer al principio de la realidad.”
Una vez superado este complejo de Edipo, no nos podemos olvidar del inconsciente que acumula todos los deseos reprimidos. Este inconsciente puede volver a “acosa” al individuo a través de varias representaciones. Una de las más importantes es el sueño. Para Freud, los sueños permiten dar un vistazo a lo que se encuentra retenido en el inconsciente. Por supuesto, el sueño debe ser interpretado ya que como el lenguaje, emplea metáforas y metonimias. Esta relación me parece sumamente creativa puesto que logra asimilar el inconsciente con el lenguaje como conceptos que emplean recursos literarios con el fin de expresar lo que verdaderamente ocultan.
El sueño no es la única herramienta para adentrarse en el inconsciente. Así, también ayudan las parapraxias, las lagunas de memoria, los errores al hablar y hasta los chistes. Sobre los chistes Freud realiza un estudio completo en una de sus obras y concluye que el lenguaje empleado al contar una broma puede reflejar nuestros deseos reprimidos del inconsciente. ¡Vaya forma de adentrarse en la oscuridad que representa el inconsciente para el ser humano!
Todos estos deseos reprimidos que convierten al hombre en un ser neurótico, lo pueden enfermar. En este punto Freud realiza un análisis sobre el debido tratamiento a través del psicoanálisis. Pero el hombre no solamente es neurótico, sino que también puede desarrollar una psicosis en la cual el ego, incapaz de reprimir los deseos, es dominado por el inconsciente como en la esquizofrenia. En este punto, recurrí a mi prima psicóloga para que me ayude a entender el tratamiento de estas enfermedades a través de las teoría freudianas. Ella me explicó que en la actualidad, el psicoanálisis ha sido superado y me explicó las fuertes críticas a las que ha sido sujeta esta teoría.
Muchas de las críticas a Freud ya han sido ampliamente explicadas. Me centraré en algunas que me resultaron interesantes. Por supuesto debo rescatar los valores sexistas que se encuentran a lo largo de la obra de Freud y la manera en la cual describe a la mujer como un ser inferior. Creo que ya las feministas se han dedicado a invalidar a Freud por esta razón (por supuesto existen otras que lo apoyan y que convierten los preceptos freudianos a unos que armonizan con el feminismo). Una crítica sumamente interesante es aquella que afirma que las teorías freudianas constituyen una forma de control represivo en cuanto obliga a los individuos a “adaptarse a definiciones arbitrarias de normalidad.” También existen aquellas críticas en las cuales se sostiene que Freud todo lo reduce al sexo o que hasta es individualista. Las últimas me parecen las más difíciles de validar. Cierto es que Freud tiene varios desfases a lo largo de su obra pero no por ello se va a invalidar la importancia de este personaje en la psicología moderna.
Una vez analizado a Freud, es relevante mencionar el nombre de Lacan puesto que este psicoanalista consigue reescribir a Freud en formas que resaltan las relaciones con el lenguaje. Este reinterpretación se la hace a la luz de las teorías estructuralistas y post estructuralistas. Para Lacan en la vida del ser humano es importante la “etapa del espejo” ya que es el “primer desenvolvimiento de un ego”. Asimismo, para que una persona supere el complejo de Edipo es necesario que reconozca la Ley (en este caso el padre) y que así se rompa el tabú del incesto. Lacan admite que la primera aparición de la Ley coincide con “el inicio del deseo inconsciente”. Una vez que el niño admite su diferencia sexual (con el padre), puede “quedar debidamente socializado.”
El complejo de Edipo puede ser pensado desde la función del lenguaje. En realidad este constituye el logro de Lacan. Así, el niño es el significante y la imagen del espejo es el significado. El significante “encuentra una plenitud, una identidad completa y sin mácula en el significado de su reflejo.” Sostener esto sin duda es controversial puesto que implica que el niño realmente puede ser completo una vez que comprende su reflejo, su significado.
La relación con el lenguaje es también interesante puesto que el niño aprende “inconscientemente que un signo tiene significado sólo porque se diferencia de otros signos”. Parecería ser que nuestros procesos de aprendizaje se reducen a un proceso en el cual lo que abstraemos lo es debido a que no es otra cosa. Como un verdadero proceso de exclusión en el cual “árbol” es porque no es “tierra” por ejemplo. Así, en el complejo de Edipo, la presencia del padre impone una diferencia sexual que el niño comprende por medio de la exclusión.
Lacan también sostiene que el lenguaje humano funciona a base de una carencia que busca continuamente ser satisfecha. Por ende, “entrar en el lenguaje es convertirse en presa del deseo.” Esto debido a que el lenguaje divide lo imaginario y nunca representa lo real. Para que la comprensión sea más fácil, Lacan admite que todo nuestro discurso “constituye en cierto sentido un decir sin querer.” He tenido la oportunidad de leer varios artículos que se refieren justamente a esta falta del lenguaje de expresar lo que realmente queremos decir. ¿Acaso las palabras que conocemos son suficientes para expresar nuestro pensamiento? Este tipo de corriente ha criticado arduamente al lenguaje como una herramienta defectuosa que no permite transmitir lo que en realidad pensamos. Yo me pregunto si en realidad es posible que esto suceda, es decir, ¿existe un lenguaje o puede ser creado un lenguaje que permite al ser humano expresar de manera idéntica aquello que desea transmitir? Me queda esa duda.
Para el filósofo marxista Althusser, es vital responder como los sujetos se someten a ideologías dominantes. En primer lugar, para Althusser, la ideología : consiste en el conjunto de creencias y prácticas que realiza esta centralización y por esta razón el inconsciente es un efecto de nuestras relaciones con los demás. Así, el inconsciente, al contrario de lo que sostiene Freud, no está dentro del ser humano sino que se encuentra entre nosotros. Como consecuencia, el inconsciente es un efecto particular del lenguaje y por ende esta herramienta nos “pre existe”. No estoy completamente de acuerdo con esta corriente puesto que considero que el lenguaje nace a partir de la iniciativa del ser humano y no que el ser humano nace para un lenguaje existe que nos ubica en el lugar que nos corresponde.
Es interesante ver la manera en que se realiza una interpretación psicoanalítica de la obra de Lawrence. En este punto llama particularmente mi atención el concepto de “subtexto” como un texto que “se mueve en el interior del libro.” Esto quiere decir que una interpretación psicoanalítica también implica descubrir la importancia de aquello que no se dice, del silencio. El subtexto resulta el inconsciente de la obra, lo oculto, lo que ha sido reprimido y no sale a la luz. Por eso es tan relevante lo que no se dice, cómo no se lo dice y por qué no se lo dice. Probablemente este es el punto que me interesa en mayor medida de la interpretación literaria a través del psicoanálisis: poder analizar esos silencios de la obra.
La crítica psicoanalítica se divide en cuatro clases, dependiendo al objeto en el cual se centran. Se puede dar más importancia al autor, al contenido de la obra, a su construcción formal o al lector. Las dos primeras son las más empleadas y por eso encuentra un mayor interés en las dos últimas. A mi parecer es importante esta acotación en la cual se admite que el psicoanálisis es una “sospecha hermenéutica” en la cual no solamente se busca leer el texto del inconsciente, “sino en descubrir los procesos, la labor del sueño mediante los cuales se produjo el texto.” Creo que a esto se reduce el psicoanálisis dentro de la crítica literaria. Esta crítica literaria debe sacar a la luz el subtexto de la obra, la obra oculta.
Eagleton también analiza las teorías de críticos como Burke y Bloom. Bloom, por ejemplo, “reescribe la historia literaria en función del complejo de Edipo.” Este autor vuelve a la tradición ya que cree que un poeta se encuentra influenciado por otros poetas previos y rescata su obra. Por lo cual, el “significado de un poema constituye otro poema.”
Por supuesto que también me resultó interesante analizar el relato del fort-da explicado por Freud. ¿Cómo a través de la observación de un niño se puede sacar una teoría tan interesante? Sin duda me asombra la capacidad de abstracción y creación de Freud. ¿Acaso todo relato tiene por base este fort-da?
Por último, Eagleton analiza a la teoría psicoanalítica dentro del feminismo. Creo que esta parte del texto constituyó un reto especial para mí en cuanto comprender a las feministas me resulto complejo. Kristeva juega con lo simbólico hasta transformarlo en lo que ella denomina como lo semiótico. Lo semiótico es un patrón que “puede detectarse dentro del lenguaje, que representan una especie de residuo de la fase preedipal.” Es importante este proceso puesto que el lenguaje en esta etapa no reconoce diferencias de sexo y así se puede oponer al orden simbólico. Considero que lo fundamental de esta teoría es reconocer la existencia de un lenguaje binario (creo yo que a partir de este lenguaje nace la desigualdad) y oponerse a este tipo de división. He escuchado sobre estas corrientes previamente y me resulta complicado imaginar un lenguaje, como por ejemplo el idioma español, que se despoje completamente de todas las referencias binarias que lo caracterizan. ¿Acaso puede existir tal cosa?, ¿existe una manera de escribir específicamente femenina?
El desenlace del capítulo es sugestivo puesto que se centra en el hedonismo, en el placer de leer. ¿Intentar que la literatura sea una disciplina académica necesariamente implica quitarle a la actividad de leer esa parte relacionada con el placer?, ¿hasta qué grado la sociedad puede soportar esta represión del placer?, ¿es correcto hacerlo o en qué medida debemos hacerlo? Estas son cuestiones que me tiene intrigada.




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