Psicoanálisis
Terry Eagleton
A lo largo de este
capítulo, Eagleton explora el mundo del psicoanálisis con el fin de aproximar
esta corriente al mundo de la teoría y la crítica literaria. Antes de realizar
esta conexión, el autor procede a explicar el psicoanálisis y con ello las
teorías sostenidas por Freud.
En el mundo de la
psicología, el nombre de Freud es sumamente relevante y ocupa un puesto de
trascendental importancia. Venerado por unos y odiado por otros, lo cierto es
que las teorías de Freud ayudaron a moldear la psicología moderna. Así,
Eagleton da paso a la exposición de estas. En este recuento, existen al menos
tres conceptos que deben quedar claros: el principio del placer, el principio
de la realidad y el famoso complejo de Edipo.
El principio del placer
implica que el ser humano, por su necesidad de trabajar, debe “reprimir algunas
de nuestras tendencias al placer y a lo que nos agrada.” Esta represión del
placer es causa de la neurosis y da paso al principio de la realidad. Así, el
hombre e un animal neurótico que solamente llega a ser lo que es a causa de la
represión de estos placeres. ¿Qué pasaría si no reprimimos nuestros placeres?
Probablemente el caos. Por supuesto, no tenemos consciencia de esta represión
puesto que desde niños lo hemos aprendido. Reprimimos nuestro deseo de ir al
baño por ejemplo, pese a que este acto proporciona gran placer al ser humano.
Para Freud, el placer clave
o fundamental del ser humano es el de la sexualidad. El ser humano es un ser
sexual desde el momento que nace y se va desarrollando a través del tiempo. No
obstante, “si el niño ha de alcanzar cierto grado de triunfo en la vida, [este
placer] debe ser controlado.” A esta etapa de superación se la conoce como el
complejo de Edipo.
El complejo de Edipo
probablemente constituye una de las teorías más emblemáticas y debatidas de
Freud. Esta teoría sostiene que el niño se encuentra enamorado y desea una
unión sexual con su madre y viceversa. No solamente admite el incesto como un
instinto natural del ser humano, sino que coloca a la mujer en una posición
ridículamente inferior a la del hombre. Así, el complejo de Edipo en el hombre
se supera una vez que el niño se da cuenta de la posible castración a la que
sería sujeto en caso de tener relaciones con su madre (la niña para Freud ya se
encuentra castrada debido a su falta de pene). Ante esta amenaza, el niño se
ajusta al principio de la realidad y desiste de su ideal, pero siempre tiene en
mente que ese es su futuro con una mujer que será semejante a su madre. Para
las niñas resulta más difícil superar este complejo de Edipo porque en primer
lugar ya se encuentra castrada, por lo que no existe amenaza alguna. Además,
tampoco se entiende como se traslapa el amor que al principio sintió por la
madre hacia el padre. En este punto recae una de las críticas más fuertes a
Freud en cuento su teoría del complejo de Edipo no es sostenible desde la
visión de una niña. El complejo de Edipo es central en la obra de Freud en
cuanto “señala la transición del principio del placer al principio de la
realidad.”
Una vez superado este
complejo de Edipo, no nos podemos olvidar del inconsciente que acumula todos
los deseos reprimidos. Este inconsciente puede volver a “acosa” al individuo a
través de varias representaciones. Una de las más importantes es el sueño. Para
Freud, los sueños permiten dar un vistazo a lo que se encuentra retenido en el
inconsciente. Por supuesto, el sueño debe ser interpretado ya que como el
lenguaje, emplea metáforas y metonimias. Esta relación me parece sumamente
creativa puesto que logra asimilar el inconsciente con el lenguaje como
conceptos que emplean recursos literarios con el fin de expresar lo que
verdaderamente ocultan.
El sueño no es la única
herramienta para adentrarse en el inconsciente. Así, también ayudan las
parapraxias, las lagunas de memoria, los errores al hablar y hasta los chistes.
Sobre los chistes Freud realiza un estudio completo en una de sus obras y
concluye que el lenguaje empleado al contar una broma puede reflejar nuestros
deseos reprimidos del inconsciente. ¡Vaya forma de adentrarse en la oscuridad
que representa el inconsciente para el ser humano!
Todos estos deseos
reprimidos que convierten al hombre en un ser neurótico, lo pueden enfermar. En
este punto Freud realiza un análisis sobre el debido tratamiento a través del
psicoanálisis. Pero el hombre no solamente es neurótico, sino que también puede
desarrollar una psicosis en la cual el ego, incapaz de reprimir los deseos, es
dominado por el inconsciente como en la esquizofrenia. En este punto, recurrí a
mi prima psicóloga para que me ayude a entender el tratamiento de estas
enfermedades a través de las teoría freudianas. Ella me explicó que en la
actualidad, el psicoanálisis ha sido superado y me explicó las fuertes críticas
a las que ha sido sujeta esta teoría.
Muchas de las críticas a
Freud ya han sido ampliamente explicadas. Me centraré en algunas que me
resultaron interesantes. Por supuesto debo rescatar los valores sexistas que se
encuentran a lo largo de la obra de Freud y la manera en la cual describe a la
mujer como un ser inferior. Creo que ya las feministas se han dedicado a invalidar
a Freud por esta razón (por supuesto existen otras que lo apoyan y que
convierten los preceptos freudianos a unos que armonizan con el feminismo). Una
crítica sumamente interesante es aquella que afirma que las teorías freudianas
constituyen una forma de control represivo en cuanto obliga a los individuos a
“adaptarse a definiciones arbitrarias de normalidad.” También existen aquellas
críticas en las cuales se sostiene que Freud todo lo reduce al sexo o que hasta
es individualista. Las últimas me parecen las más difíciles de validar. Cierto
es que Freud tiene varios desfases a lo largo de su obra pero no por ello se va
a invalidar la importancia de este personaje en la psicología moderna.
Una vez analizado a Freud,
es relevante mencionar el nombre de Lacan puesto que este psicoanalista
consigue reescribir a Freud en formas que resaltan las relaciones con el
lenguaje. Este reinterpretación se la hace a la luz de las teorías
estructuralistas y post estructuralistas. Para Lacan en la vida del ser humano
es importante la “etapa del espejo” ya que es el “primer desenvolvimiento de un
ego”. Asimismo, para que una persona supere el complejo de Edipo es necesario
que reconozca la Ley (en este caso el padre) y que así se rompa el tabú del
incesto. Lacan admite que la primera aparición de la Ley coincide con “el
inicio del deseo inconsciente”. Una vez que el niño admite su diferencia sexual
(con el padre), puede “quedar debidamente socializado.”
El complejo de Edipo puede
ser pensado desde la función del lenguaje. En realidad este constituye el logro
de Lacan. Así, el niño es el significante y la imagen del espejo es el
significado. El significante “encuentra una plenitud, una identidad completa y
sin mácula en el significado de su reflejo.” Sostener esto sin duda es
controversial puesto que implica que el niño realmente puede ser completo una
vez que comprende su reflejo, su significado.
La relación con el lenguaje
es también interesante puesto que el niño aprende “inconscientemente que un
signo tiene significado sólo porque se diferencia de otros signos”. Parecería
ser que nuestros procesos de aprendizaje se reducen a un proceso en el cual lo
que abstraemos lo es debido a que no es otra cosa. Como un verdadero proceso de
exclusión en el cual “árbol” es porque no es “tierra” por ejemplo. Así, en el
complejo de Edipo, la presencia del padre impone una diferencia sexual que el
niño comprende por medio de la exclusión.
Lacan también sostiene que
el lenguaje humano funciona a base de una carencia que busca continuamente ser
satisfecha. Por ende, “entrar en el lenguaje es convertirse en presa del
deseo.” Esto debido a que el lenguaje divide lo imaginario y nunca representa
lo real. Para que la comprensión sea más fácil, Lacan admite que todo nuestro
discurso “constituye en cierto sentido un decir sin querer.” He tenido la
oportunidad de leer varios artículos que se refieren justamente a esta falta
del lenguaje de expresar lo que realmente queremos decir. ¿Acaso las palabras
que conocemos son suficientes para expresar nuestro pensamiento? Este tipo de
corriente ha criticado arduamente al lenguaje como una herramienta defectuosa
que no permite transmitir lo que en realidad pensamos. Yo me pregunto si en
realidad es posible que esto suceda, es decir, ¿existe un lenguaje o puede ser
creado un lenguaje que permite al ser humano expresar de manera idéntica
aquello que desea transmitir? Me queda esa duda.
Para el filósofo marxista
Althusser, es vital responder como los sujetos se someten a ideologías
dominantes. En primer lugar, para Althusser, la ideología : consiste en el
conjunto de creencias y prácticas que realiza esta centralización y por esta
razón el inconsciente es un efecto de nuestras relaciones con los demás. Así,
el inconsciente, al contrario de lo que sostiene Freud, no está dentro del ser
humano sino que se encuentra entre nosotros. Como consecuencia, el inconsciente
es un efecto particular del lenguaje y por ende esta herramienta nos “pre
existe”. No estoy completamente de acuerdo con esta corriente puesto que
considero que el lenguaje nace a partir de la iniciativa del ser humano y no
que el ser humano nace para un lenguaje existe que nos ubica en el lugar que
nos corresponde.
Es interesante ver la manera
en que se realiza una interpretación psicoanalítica de la obra de Lawrence. En
este punto llama particularmente mi atención el concepto de “subtexto” como un
texto que “se mueve en el interior del libro.” Esto quiere decir que una
interpretación psicoanalítica también implica descubrir la importancia de
aquello que no se dice, del silencio. El subtexto resulta el inconsciente de la
obra, lo oculto, lo que ha sido reprimido y no sale a la luz. Por eso es tan
relevante lo que no se dice, cómo no se lo dice y por qué no se lo dice.
Probablemente este es el punto que me interesa en mayor medida de la
interpretación literaria a través del psicoanálisis: poder analizar esos
silencios de la obra.
La crítica psicoanalítica
se divide en cuatro clases, dependiendo al objeto en el cual se centran. Se
puede dar más importancia al autor, al contenido de la obra, a su construcción
formal o al lector. Las dos primeras son las más empleadas y por eso encuentra
un mayor interés en las dos últimas. A mi parecer es importante esta acotación
en la cual se admite que el psicoanálisis es una “sospecha hermenéutica” en la
cual no solamente se busca leer el texto del inconsciente, “sino en descubrir
los procesos, la labor del sueño mediante los cuales se produjo el texto.” Creo
que a esto se reduce el psicoanálisis dentro de la crítica literaria. Esta
crítica literaria debe sacar a la luz el subtexto de la obra, la obra oculta.
Eagleton también analiza
las teorías de críticos como Burke y Bloom. Bloom, por ejemplo, “reescribe la
historia literaria en función del complejo de Edipo.” Este autor vuelve a la
tradición ya que cree que un poeta se encuentra influenciado por otros poetas
previos y rescata su obra. Por lo cual, el “significado de un poema constituye
otro poema.”
Por supuesto que también me
resultó interesante analizar el relato del fort-da
explicado por Freud. ¿Cómo a través de la observación de un niño se puede
sacar una teoría tan interesante? Sin duda me asombra la capacidad de
abstracción y creación de Freud. ¿Acaso todo relato tiene por base este fort-da?
Por último, Eagleton
analiza a la teoría psicoanalítica dentro del feminismo. Creo que esta parte
del texto constituyó un reto especial para mí en cuanto comprender a las
feministas me resulto complejo. Kristeva juega con lo simbólico hasta
transformarlo en lo que ella denomina como lo semiótico. Lo semiótico es un
patrón que “puede detectarse dentro del lenguaje, que representan una especie
de residuo de la fase preedipal.” Es importante este proceso puesto que el
lenguaje en esta etapa no reconoce diferencias de sexo y así se puede oponer al
orden simbólico. Considero que lo fundamental de esta teoría es reconocer la
existencia de un lenguaje binario (creo yo que a partir de este lenguaje nace
la desigualdad) y oponerse a este tipo de división. He escuchado sobre estas
corrientes previamente y me resulta complicado imaginar un lenguaje, como por
ejemplo el idioma español, que se despoje completamente de todas las
referencias binarias que lo caracterizan. ¿Acaso puede existir tal cosa?,
¿existe una manera de escribir específicamente femenina?
El desenlace del capítulo
es sugestivo puesto que se centra en el hedonismo, en el placer de leer.
¿Intentar que la literatura sea una disciplina académica necesariamente implica
quitarle a la actividad de leer esa parte relacionada con el placer?, ¿hasta
qué grado la sociedad puede soportar esta represión del placer?, ¿es correcto
hacerlo o en qué medida debemos hacerlo? Estas son cuestiones que me tiene
intrigada.
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