FRONTISPICIO
Nací en el siglo de la defunción de la rosa
cuando el motor ya había ahuyentado a los ángeles.
cuando el motor ya había ahuyentado a los ángeles.
Todo ha pasado ya, en sucesivo oleaje,
Como las vanas cifras de la espuma.
Como las vanas cifras de la espuma.
Y el recuerdo es apenas un nenúfar
Que asoma entre dos aguas
Que asoma entre dos aguas
El poema de Jorge Carrera Andrade
parece emitir una queja, un sollozo melancólico que atraviesa el aire. Como el
título evoca, esta obra no pretende acceder a una audiencia o tener un público
determinado sino que su mera existencia ya constituye un consuelo. Podría
tratarse de un viaje realizado desde la Sierra ecuatoriana a la Costa a través
de recuerdos, vivencias y experiencias de una grandiosa niñez que queda atrás
para dar paso a la adultez.
Los seis versos a los que hago
referencia se encuentran gravemente influenciados por sentimientos nostálgicos
de tiempos perdidos, de épocas mejores. Las palabras expresan una suerte de
resignación a aquello que se encuentra en el pasado, pero también una suerte de
añoranza por lo que quedo atrás. Como todo en la vida pasa, así han pasado
momentos caracterizados por la inocencia de la infancia. Y es la invocación al
oleaje la que permite al lector adentrarse en un suave ritmo en el cual puede
rememorar sentimientos vividos. Así, el lector se ve llevado a recordar eventos
o sucesos que alguna vez fueron importantes y que el tiempo se los llevó.
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