martes, 21 de junio de 2016

Crítica Feminista - Selden

Crítica Feminista
Raman Selden

La crítica feminista nace a partir de la relegada posición de la mujer en la literatura. Considero que para realizar un análisis acertado de la crítica feminista, es fundamental comprender las raíces del feminismo como un movimiento en el cual las mujeres buscan por un lado ser iguales a los hombres y por otro particulares respecto a estos.
Pude aproximarme al feminismo por medio de la clase de literatura y género. Así, pude comprender la complejidad de esta ideología y sus distintas acepciones tales como el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia. Como mujer, me siento representada y al mismo tiempo repelida por el feminismo. A veces siento que el feminismo no hace nada más que ahondar el problema de la diferencia y la desigualdad. También sostengo firmemente que algo debe hacerse respecto a la concepción de la mujer en la historia y en nuestra sociedad especialmente.
En fin, regresando a Selden, a lo largo de este documento presentaré algunas de sus exposiciones con respecto a la crítica feminista. No es posible hablar de feminismo sin referirse a Beauvoir. A lo largo de su obra, Beauvoir expone las “cuestiones fundamentales del feminismo moderno.” Así, admite que el desequilibrio se remonta al Antiguo Testamento. Es decir, ¿desde la creación del universo la mujer ha ocupado un lugar relegado en la sociedad? No lo creo así. Sostengo que la posición de la mujer es una cuestión cultural. No podemos olvidar aquellas sociedades matriarcales en las cuales la mujer tenía un rol fundamental en el desarrollo de la cultura.
A pesar de esto, es claro que en nuestras sociedades la mujer representa al Otro. Al oprimido, al segregado, al discriminado. Cosa curiosa puesto que las mujeres no constituyen una minoría y ha sido en épocas recientes en las cuales se ha dado un apogeo de acciones afirmativas para erradicar la desigualdad.
Me preguntaba yo desde niña, ¿qué nos diferencia de los hombres? Esto debido a que provengo de una familia muy conservadora y tengo un hermano mayor al cual se le permitían hacer cosas que se encontraban censuradas para mí. Existen cinco aspectos en los cuales nos diferenciamos: de manera biológica, por la experiencia, el discurso, el inconsciente y por las condiciones económicas y sociales.
La corriente que considera fundamental la biología alega que es el cuerpo de la mujer el que la hace inferior (también cabe el análisis contrario). Así, recuerdo la teoría psicoanalista de Freud y su sesgo a la mujer por “carecer de pene.” Aquellos que se refieren a la experiencia, alegan que la mujer tiene experiencias específicamente femeninas, emociones y puntos de vista que el hombre no puede llegar a comprender. En la literatura, el estudio de textos desde este punto de vista se denomina como ginocrítica. Me atrae especialmente la diferencia impuesta a través del discurso. Foucault, uno de mis preferidos, alega que aquellos que tienen el poder dominan el discurso e imponen la verdad. Así, el hombre ha impuesto su dominación masculina a través del discurso. Las teorías del inconsciente admiten que la mujer tiene como principio femenino el “permanecer al margen de la definición masculina de mujer.” Finalmente, la corriente que se inclina por las condiciones económicas y sociales relacionan a estos aspectos con el equilibrio de poderes de los sexos. Una de sus mayores exponentes es Woolf, a quien estudiaremos posteriormente.
El feminismo político cuenta con representantes como Millet y Barrett. En este movimiento, la opresión de las mujeres tiene por causa el patriarcado. La política sexual se ejemplifica en los roles que cada persona debe cumplir en la sociedad, dependiendo de su sexo. A través de la literatura, estas autoras “expresaban furiosos sentimientos de injusticia”.
Esta diferenciación en la literatura tiene un rol marcado. Así, son los hombres quienes han definido y marcado los roles literarios y lo que puede o no escribir tanto hombres como mujeres. Existen autoras de antaño que debían recurrir a figuras literarias para ocultar la verdadera crítica a la dominación masculina. No obstante, Millett cae en una falacia al afirmar que todos los escritores masculinos fomentan la dominación masculina. Como mi madre siempre me dice, “todo extremo es malo” y no se puede generalizar a un grupo entero.
Por su lado, Barrett presenta “un análisis marxista feminista”. De esta manera, coincide con Woolf en cuanto a la visión sociológica y de clases sociales que esta sostiene. Barrett también agrega que la “ideología sexista afecta a la forma en que se lee la literatura”. Con esto se refiere a las cánones de excelencia y al contenido que los autores pueden incluir en su obra. Por último, Barrett afirma que no se puede encauzar a todos los escritores masculinos como detractores de las mujeres.
La literatura de mujeres difiere de la literatura de los hombres. Es interesante analizar esta evolución y poder percibir como ha ido avanzando la literatura femenina. Antes se imitaban los modelos estéticos masculinos. Una vez superada esta etapa, las mujeres abogan por una literatura separatista y finalmente por una literatura específicamente para mujeres. La última etapa permite a la mujer liberarse en cierto sentido y tener la capacidad de hablar abiertamente sobre todos los temas, incluyendo su propia sexualidad (tema que solamente había sido explorado por escritores masculinos).
Es posible no ser feminista sino neutral. Esto lo demostró Woolf al adoptar una postura andrógina que se opone a la lucha entre la sexualidad masculina y femenina. ¿De verdad existe o es eficaz una postura así?, ¿acaso esto no implica evadir el meollo de la cuestión?
Los límites de las mujeres en el campo de la literatura han varios a lo largo de la historia. Los estereotipos y cánones femeninos impedían a las escritores a desarrollar libremente su creatividad. En realidad, no creo del todo que los estereotipos de la mujer se encuentren completamente superados. Es claro que existen ciertos tabúes para la mujer y que en nuestra sociedad sigue imperando el concepto del patriarcado o machismo en ciertos aspectos.
La teoría crítica feminista francesa han encontrado influencia en el psicoanálisis y en las teorías de Lacan. Es difícil para mí entender cómo las mujeres de esta corriente han logrado superar los postulados de Freud y convertirlos en una defensa para el feminismo. Para estas mujeres, el falo de Freud es una representación simbólica del poder y de aquel que lo sustenta. Así, la mujer es “un significante, no una hembra biológica.” El falo no es un órgano físico, y por ende, tanto hombres como mujeres “carecen de sexualidad integral simbolizada en el falo.”
De acuerdo a Kristeva, la poesía es un lugar privilegiado en las cuales los deseos y miedos pueden operar libremente. La mujer, es el silencio que precede al discurso, la mujer es el Otro.
Finalmente tenemos a Cixous, quien se niega a ocupar una posición neutral en este debate. Es de esta manera como se crea el concepto de la otra bisexualidad cuyo objetivo es fomentar la diferencia entre los sexos. Esta visión es controversial puesto que “imagina un lenguaje posible en lugar de describir el existente.”

Comentario personal

“Toda teoría crítica es política en el sentido de que busca siempre controlar el discurso.” – Raman Selden (174).
Al ser mujer en una sociedad machista como lo es la ecuatoriana, me siento atraída e identificada en cierta forma al feminismo. A lo largo de este resumen dejé entrever de manera breve mi opinión respecto al tema. No obstante, creo que vale la pena destacar el espacio relegado de la mujer a lo largo de la historia. No se limita a hechos pasados puesto que no podemos afirmar que en pleno siglo XXI exista una igualdad entre hombres y mujeres. La diferenciación sigue ahí y siempre lo estará, lo que es imprescindible eliminar es la desigualdad y la discriminación.
En cierto modo creo que adoptar la posición de Woof es aceptar una postura neutral y evitar el verdadero meollo de la situación. Por esta razón, no me inclino por esta posición aunque admito que los argumentos socio económicos de Woolf son en extremo convincentes. También me cuesta aceptar la teoría crítica feminista francesa y su extraño acercamiento a los postulados freudianos puesto que no concibo la manera en la cual la mujer  no es ridiculizada o disminuida dentro de esta teoría.  

 Dentro del área de la crítica literaria considero como aspecto fundamental esa “liberalización” de la mujer en cuanto a su capacidad de escribir y de crear cuanto ella quiera. Así, temas como la sexualidad, el cuerpo de la mujer, sus vivencias, no deben ser considerados temas tabú. Yo aboga por abrazar las diferencias y convertirlas en aspectos positivos para aquellas mujeres escritoras.

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