martes, 21 de junio de 2016

El gato negro - Poe y el retorno de lo reprimido


El gato negro y El retorno de lo reprimido
Edgar Allan Poe

Leer a Poe resulta una experiencia totalmente fascinante. Este maestro del cuento del terror sabe exactamente la manera de crear escenarios y personajes de intriga. La trama, por supuesto, no se queda atrás. A Poe no se es posible leerlo sin sacar algún tipo de interpretación puesto que el contenido de sus obras permite al lector divagar con respecto a las causas de la actitud de los personajes, a los desenlaces, entre otros aspectos.
El cuento del gato negro se presta en gran medida para realizar una crítica desde el psicoanálisis, especialmente desde el concepto del “retorno de lo reprimido.” Es cierto que no he estudiado a fondo esta área del psicoanálisis pero a breves rasgos, el retorno de lo reprimido es un mecanismo por el cual los recuerdos o contenidos reprimidos que han sido expulsados de la consciencia, vuelven a reaparecer de maneras extrañas. Como ejemplos tenemos los sueños o las fantasías oníricas diurnas. Todas estas, representan expresiones del inconsciente que buscan salir afuera.
El gato negro trata sobre un hombre, cuyo nombre desconocemos, que escribe desde su celda en la prisión. Este hombre no espera que su historia sea creíble, pues claramente no lo es. Solamente busca relatar los hechos ya que al día siguiente morirá, su sentencia así lo establece. La primera pregunta que el lector se realiza concierne a la procedencia del hombre y a la causa de su condena. Resulta curioso también analizar la parte del íncipit en la cual el hombre manifiesta que definitivamente no se trata de un sueño.
Continuando con el relato, el hombre se describe a sí mismo desde la infancia como una persona dócil y muy buena. He aquí la razón de su pasión por los animales: estas criaturas sí son fieles, no como el hombre. Junto a su esposa que compartía la misma pasión, adquirieron varias mascotas entre las cuales se encontraba el gato Pluto, su favorito.
El hombre, cuyo nombre desconocemos, fue perdiendo su carácter bondadoso a causa del alcohol o como él lo llama el “demonio Intemperancia.” La maldad se apoderaba de él bajo efectos de esta droga y un día llegó a lastimar a Pluto, arrancándole el ojo. El sentimiento de culpa cede paso al sentimiento de irritación (asumo que el gato reflejaba en el protagonista aspectos brutos y hostiles de su carácter y una grave deformación de su previa personalidad). La irritación adquirió un aspecto tan trascendental en la vida del hombre, que presa del pánico, mata a Pluto a sangre fría. Un detalle que Poe deja suelto es el destino final del cuerpo del animal. Este no será el primer delito del hombre.
Debido a un gran incendio, el protagonista pierde todas sus posesiones terrenales. Es relevante recalcar que todas las paredes, excepto una, se habían desplomado. En esta única pared, se encontraba impresa la figura de un gigantesco gato. El protagonista no cae presa del pánico y se reconforta a sí mismo buscando explicaciones lógicas para tal suceso.
Con el paso del tiempo, el hombre buscó a un animal que supla el vacío que Pluto dejó. Una noche, en el bar al que acudía, encuentra un gato similar a Pluto y se lo lleva a casa. ¡Quién hubiera sabido que esta criatura iba a ser causa del suplicio del protagonista!
Poco a poco, el protagonista vuelve a sentir odio por el animal. Esto debido a una mancha blanca en su estómago que asemeja a un patíbulo (¿acaso es una proyección de lo que le va a pasar al protagonista?) El temor a la mancha aumentaba con el hecho de que al gato también le faltaba un ojo. En un intento desesperado de reprimir sus sentimientos de terror y culpa, el protagonista anhela la muerte del gato. Un día, el gato casi le hace caer de las escaleras, lo cual constituye excusa suficiente para validar su muerte. Ante la fuerte oposición de su esposa, el protagonista, presa de la cólera, mata a su mujer. Este delito no pesa sobre el hombre, quien busca la mejor estrategia para no ser descubierto. Así, empareda el cadáver en el sótano justo en aquella pared que sobrevivió al incendio.  No se conoce el destino del gato, solamente se sabe que no molesta más al protagonista y de ello se desprende que se ha esfumado.
Las investigaciones empiezan y el protagonista goza de una sensación de triunfo por el éxito de su escondite. Este sentimiento de éxtasis hace que el hombre afirme a las autoridades la excelente composición de las paredes. Ese preciso instante, se escucha un aullido agudo proveniente de la pared donde se encuentra el cadáver de su mujer. Por supuesto, se descubre el cadáver pero lo más sorprendente es encontrar al gato vivo. ¡El protagonista lo había emparedado!
A lo largo de este cuente es posible detectar el inconsciente del hombre en varias circunstancias. Pareciera como si este retorno de lo reprimido se dejara vislumbrar a través de ciertas acciones del hombre. En primer lugar, es claro que el alcohol es un elemento que da paso a que aquellos deseos reprimidos salgan a la luz. El ego es quien se deja percibir a través de la docilidad y bondad del hombre. Al contrario, con el alcohol, el hombre se vuelve hostil y sádico, sacando a relucir sus deseos más íntimos.
Hay otras ocasiones en que sale a relucir el retorno de lo reprimido. Una de ellas es la visión del relieve del gato Pluto en la pared. Semejante hecho aterrador parece ser una manifestación de la culpa y el remordimiento del protagonista. Ni se diga de los sueños o de su constante paranoia después de este evento. ¿Acaso el asesinato del gato es causa de todos sus males?
Tal grado adquiere este terror, que a manera de reivindicación adopta otro gato similar. Este gato es un elemento simbólico que representa la constante presencia de Pluto y un miedo permanente a los hechos relacionados con el asesinato de este. La repetición de un personaje, como el gato, aumenta el grado de terror del protagonista y pudiera ser un reflejo de su inconsciente atormentado que no lo deja en paz. No hay que dejar de lado la mancha blanca del gato, que a su vez constituye otro episodio del retorno de lo reprimido. A través de la mancha, el protagonista, de manera inconsciente conoce su destino en caso de ser atrapado.
¡Cómo olvidar el final! Creo que el desenlace de la historia constituye la pieza final de una obra maestra. ¿Cómo entró el gato ahí? El mismo protagonista admite que lo emparedó, pero no parece que lo recordaba antes puesto que este detalle no se precisó a lo largo del relato. Es claro que se trata de una representación del retorno de lo reprimido en cuanto el inconsciente del protagonista se hace presente a través de una fantasía diurna. Por último, nos queda preguntarnos si nuestro inconsciente, como el del protagonista, es sumamente vil.







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