martes, 21 de junio de 2016

Interpretación de los sueños - Maldonado

Interpretación de los sueños – Freud
Gustavo Maldonado


Una de las aproximaciones más interesantes en el mundo del psicoanálisis es aquel que realiza Freud con respecto a los sueños. En el capítulo de Eagleton fue posible explorar de manera breve esta teoría como un abrebocas a lo que realmente implica. Para Freud, el mundo de los sueños constituye un acceso al inconsciente y a aquellos deseos reprimidos que están ocasionando malestar en la persona.
Maldonado empieza este análisis afirmando la relación del sueño con la vida despierta. Algunos manifiestan que no existe relación alguna, pero la mayoría sostiene que el contenido de los sueños está “constituido por aquellos objetos sobre los que recaen nuestras más ardientes pasiones.” Esto es ciertamente aceptado y conocido por la sociedad que estudia el sueño, pero no por ello resulta menos interesante.
Si nuestros sueños contienen nuestros más íntimos deseos o pasiones, eso quiere decir que el material del sueño se crea a través de experiencias vividas o conocidas. También es cierto que los sueños toman formas extrañas para representar lo que recordamos y por esta razón no siempre vamos a admitir que lo soñamos ya lo habíamos vivido.
Con respecto a los estímulos y a las fuentes de los sueños, se han diferenciado tres distintos estímulos: el sensorial externo, el sensorial interno y el somático interno. El primero es fácil de entender en cuanto un sueño puede ser provocado por un aspecto externo como ruidos, sensaciones, olores, etc. El estímulo sensorial interno se encuentra relacionado con las excitaciones sensoriales objetivas. La más representativa es la excitación de la retina. El inconveniente de estos estímulos es que su comprobación es de gran complejidad. Algunos expertos han podido, a fuerza de ejercitarse, comprobar en sí mismos la existencia de alucinaciones hipnagógicas provenientes del la luz propia de la retina. Por último, el estímulo somático interno da paso a lo que Aristóteles sostenía respecto a que en sueños se puede encontrar el comienzo de una enfermedad. Lamentablemente el autor no profundiza más en estos estímulos puesto que me gustaría saber si son aceptados a plenitud en la sociedad científica y en qué medida un sueño puede develarte una enfermedad.
Es normal que olvidemos los sueños y esto se debe a distintas causas. Entre estas, se encuentran sueños débiles que no podemos recordar o aquellos que se presentan por una sola vez. Si bien es cierto que se admite que los sueños lógicos son más fáciles de recordar, esto no es totalmente cierto puesto que recordamos también los sueños más inverosímiles. Una peculiaridad del sueño es que se presenta en su mayoría a través de imágenes visuales. Además, “el sueño alucina”, lo cual implica que no se representan los pensamientos exactos de la persona sino que se modifican.
Las teorías oníricas son aquellos “conjuntos de juicios sobre el sueño que intentan explicar […] la mayor suma posible de los caracteres observados […]” Esta parte del análisis constituye de gran interés puesto que se enfoca en la manera de estudiar el sueño. Al principio se creía que los sueños eran enviados por los dioses. Una vez superada esta creencia, la comunidad científica se divide en tres corrientes para explicar las teorías oníricas. Aquellas teorías que admiten que el alma no duerme, aquellas que aceptan que el sueño es un descenso de la actividad psíquica y aquellas que afirman que el sueño tiene una función útil por desplegar determinadas funciones psíquicas. Sobre las últimas se centra la atención de los psicólogos actuales.
Con respecto al método de la interpretación onírica también existe un debate. Algunos admiten que el sueño se interpreta en su totalidad sustituyéndolo por otro. Ante la dificultad que se presentaba con la interpretación de sueños complejos, surge el método de estudiar el sueño mediante la desmembración e interpretación de cada componente de este. El primero se denomina como el método simbólico mientras que el segundo es el método descifrador. Para ambos existen argumentos opositores. Por ejemplo, en el método descifrador, ¿es realmente posible confiarnos en un libro que tenga todas las claves de los sueños?, ¿quién crea este libro?, ¿son estas claves inmutables?
Maldonado admite que el sueño es una realización de deseos. Si esto es cierto, me deslumbra la idea de pensar que a pesar de la importancia de los sueños, todavía no se ha podido descifrar de manera exacta la manera en que estos pueden ser interpretados. Además, ¿hasta qué punto un sueño es en realidad un reflejo de nuestro inconsciente?, ¿se puede curar en realidad a través de la terapia onírica?
Los expertos en este tema tienen un gran campo de estudio por delante, especialmente si aceptamos que es imprescindible una labor de condensación. Esto debido a que un sueño es “conciso, pobre y lacónico.” Al contrario, la interpretación de este sueño que dura segundos puede ser extensa y reveladora. Finalmente, también es importante comprender que no todo lo que el sueño contiene son ideas latentes o pueden ser efectivas para la terapia. Siendo así, ¿cómo se distingue lo fundamental de lo accesorio en los sueños?
A mi parecer, el estudio de las teorías oníricas dentro del campo de la psicología es fascinante. Los sueños siempre han sido un área de estudio más o menos inaccesible puesto que no se entiende la naturaleza de estos. También contribuye a esta falta de certeza el hecho de que no existe un método certero para interpretar los sueños. No se puede dejar que ideas tan importantes que se expresan a través del sueño sean deformadas por métodos inexactos. Yo me pregunto, ¿acaso puede existir exactitud en esta área? Y, ¿cuáles serían estos parámetros de exactitud?


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