Manifiesto
del Partido Comunista
Marx
y Engels
El
manifiesto del Partido Comunista es probablemente uno de los libros más
representativos de teoría política. Es interesante el estudio de este libro
puesto que más allá de acercarnos al comunismo también se presta para analizar la
forma en la cual Marx y Engels emplean un discurso persuasivo. Para esto por
supuesto, los autores recurren a varios recursos literarios.
“Un
espectro se cierne sobre Europa”. Así empieza el Manifiesto con una especie de
fuerza brutal que pretende penetrar el alma del lector. Iniciar alegando que el
comunismo se trata de un espectro reconocido y temido por las potencias implica
afirmar que el movimiento en expansión está adquiriendo fuerza.
El
primer capítulo “burgueses y proletarios” establece un dogma del marxismo: la
historia de la humidad se puede resumir en una constante lucha de clases. Patricios
vs. plebeyos, reyes vs. pueblo, señores feudales vs. esclavos, etc. Interesante
esta afirmación puesto que de ser así, el comunismo recaería en el mismo
círculo vicioso sin fin. En caso de que gane el proletariado, se conformará una
nueva lucha de clases porque es necesario aceptar que el ser humano siempre
está en busca de poder y no se contenta con ser igual a los demás. Hay algo
intrínseco en nuestra humanidad que nos obliga a buscar más que los demás.
Marx
se enfoca en describir la burguesía y la manera en que está ha penetrado en el
mundo, configurando y creando nuevas instituciones. Marx sostiene que es este
sistema el que obliga a los hombres a “contemplar con mirada fría su vida y sus
relaciones con los demás.” Esto se vería demostrado con el origen de
necesidades nuevas que satisfacer, como si este fuera el inicio del temible
consumismo.
Entre
los problemas de la burguesía y en este punto admito que concuerdo con Marx, se
encuentra la explotación a los trabajadores, el trabajo infantil y el gran
movimiento de masas desde las zonas rurales a las zonas urbanas. De los dos
primeros considero que la Revolución Industrial, en su afán de competitividad,
fue una época que oprimió a los sectores pobres.
Ahora
bien, la solución de Marx a todos estos males de la burguesía reside en un
explícito llamado a la violencia. Solamente a través de la violencia el
proletariado logrará destruir todas las bases de la burguesía. Lo que propone
Marx es una verdadera revolución puesto que implica derrocar todo el sistema
para instaurar uno completamente nuevo.
Para
convencer aún más a los obreros para unirse, los autores emplean una metáfora.
El obrero no es más que una mercancía cualquiera dentro del sistema burgués. El
obrero solo sirve para trabajar y por ello su salario cubre únicamente
necesidades básicas. No solamente esto, pero también Marx recalca que una vez
que existan máquinas modernas, el trabajador será despedido. Por supuesto, esto
contiene un mensaje subliminal: si no te unes al comunismo, tarde o temprano la
burguesía te eliminará.
Los
autores realizan una especie de proyecto en el cual intuyen la manera en la
cual el comunismo, como movimiento político, se va a apropiar del Poder. Al
principio serán obreros aislados, luego se unirán por ramas y finalmente por
países. ¡De eso se trata una verdadera revolución!
Otra
estocada maestra es la afirmación de Marx al alegar que la burguesía lucha
incesantemente contra distintos grupos sociales y emplea como ejército al
proletariado. Esto obliga a pensar al lector que la burguesía existe gracias al
proletariado y que una vez que estos se rebelen, la burguesía no tiene forma
alguna de defensa. Como los proletarios no tienen nada que perder, en realidad
unirse a este movimiento no puede sino aportar beneficios.
En
el segundo capítulo, los autores se enfocan en establecer una relación entre
los proletarios y los comunistas. Así, “los comunistas no se distinguen de los
demás partidos proletarios más que en esto: en que destacan y reivindican
siempre […]” Por supuesto, este texto es un manifiesto que pretende adquirir
adeptos a sus filas y por ello el lenguaje empleado debe ser convincente. Al
fin y al cabo, estamos hablando sobre el futuro del proletariado, la clase más
débil de la época. Como siempre he sostenido, es fácil convencer a aquel que
nada tiene que perder, que nada tiene que defender. Y qué mejor forma de
hacerlo que mediante un partido que tanto promete para con los oprimidos.
El
objetivo de todo movimiento es adquirir Poder, y en esto no difiere el
comunismo. Desean adquirir poder con el fin de abolir el régimen vigente e
instaurar un nuevo sistema. El primer paso será la erradicación de la propiedad
privada como institución. Esto porque en realidad no es propiedad privada sino
propiedad que ha sido adquirida gracias al sacrificio y trabajo del proletario.
El segundo paso reside en las condiciones de trabajo. En el comunismo el
trabajo muerto servirá al trabajo vivo y no viceversa. Los comunistas buscan un
cambio total y esto incluye instituciones como la familia, la educación la
religión y por supuesto el trabajo. Debo admitir que probablemente en aquella
época el manifiesto provocaría una especie de hipnotismo con el fin de atraer
al proletario y convencerlos de luchar juntos. Sin duda alguna, la teoría
política de este movimiento tiene tintes persuasivos.
Una
vez que se encuentren en el Poder, los comunistas despojarán “paulatinamente a
la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción,
centrándolos en manos del Estado.” Hemos sido testigos ya de ciertos intentos fallidos
de la aplicación del comunismo. Buscan centralizar toda producción en manos del
Estado para así abolir la producción privada. Hay algunas maneras de alcanzar
el verdadero comunismo que han sido sugeridas en este manifiesto. Por supuesto,
encontramos a la expropiación de la propiedad privada, la centralización del
crédito, la nacionalización de los transportes, etc. ¡Pensar que Marx crea una
especie de guía para la implantación del comunismo!
El
fin último es la desaparición del Estado. Una vez que se haya cambiado por
completo el sistema, el Estado será innecesario puesto que no habrá antagonismo
de clases. ¿En realidad fue Marx tan ingenuo en pensar que puede destruir el
círculo vicioso de la lucha de clases?
Adicionalmente,
los autores se concentran en detallar los distintos tipos de literatura
socialista y comunista. Así, pasamos por conocer el socialismo feudal, el
socialismo pequeño burgués, el socialismo alemán y el socialismo burgués como
intentos insuficientes de cambio. Todos estos movimientos son falaces y en
realidad recaen dentro de lo reaccionario y no de lo revolucionario. Por estas
razones Marx desacredita en cierta forma a estos movimientos. Con respecto al
comunismo utópico, Marx alega que se este movimiento profesa un “ascetismo universal
y un torpe y vago igualitarismo.” El verdadero problema de esta corriente es
que desean implantar sus deseos a través de medios pacíficos. ¡Cómo si aquello
fuera posible!
En
el último capítulo, los autores establecen la actitud de los comunistas ante
los otros partidos de la oposición. Como todo movimiento en busca de adeptos,
el comunismo está dispuesto a abrir sus brazos a otros movimientos opositores
contra el régimen político imperante. El libro termina con un llamado a todos
los proletarios a unirse a esta sublime causa.
Lo
que más me asombra del texto es la capacidad de persuasión que los autores
emplean a lo largo de sus líneas. Esta obra doctrinal es un llamado directo a
la violencia como la única forma de derribar al sistema imperante. ¡Qué
peligrosa manera de atraer y conducir a las masas! En la teoría parecería ser factible
que un sistema comunista proporcione una mejor vida al ciudadano. Yo me
pregunto, ¿por qué los intentos de comunismo en el mundo no han sido exitosos?,
¿acaso no es posible cumplir en la práctica estos objetivos?
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